No sé porque razón cuando me leo a la distancia me parezco interesante. Capaz tantas cosas para decir tan encriptadas lo hacen lucir así. Como si un lenguaje bonito hiciera de la persona alguien, eso, bonito.
Mmmm... creo que odio esa palabra.
Sí, la odio.
Ahora - desde hace algunos días- tengo ganas de taparme con una frazada muy grande del mismo color de la pared y que la gente no me vea, que no me escuche, que no pregunte por mí, que por un rato -largo- no me tome en cuenta como para yo no tener que dar explicaciones de porque me escondo.
Es una reacción que estoy teniendo aunque no se bien a que. No sé si a sentirme desprotegida, a tener miedo, a haber descubierto algo que no quería, a reconocer que me gusta mi mundo fragil pero inocente.
No estoy segura. Capaz que es a todo.
Capaz que es sólo pocas ganas de hablar pero lo cierto es que necesito una frazada muy muy grande y que nadie me vea ni sepa de mi por un tiempo.
Necesito un espacio privado, secreto, en el cual pensar, escribir, no hablar.
Intentar entender-me/lo.
¿Cómo se hace?
Debería existir un feriado, mejor aún, una semana de feriados para eso.
Lo necesito en serio.
Hay como un nivel de tristeza o de algo raro que estoy sintiendo y no sé como procesar.